jueves, 8 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ NO QUIEBRAN LOS BANCOS?

Debo reconocer mi más absoluta ignorancia en temas económicos (hasta hace no demasiado tiempo, yo creía que un banco era un lugar donde guardaban el dinero) y quizá peque de iluso al escribir esta entrada, por eso he escrito el título entre interrogantes, espero que alguien me aclare mis dudas o exprese otras opiniones al respecto, y me explico:

            Un banco es un negocio privado, por lo tanto participa del juego de la economía de mercado, si le van bien las cosas gana dinero y si le van mal lo pierde. Cuando en cualquier otro tipo de empresa las cosas van muy mal, acaba cerrando, previo paso por concurso de acreedores y/u otras situaciones difíciles. Sin embargo, el caso de los bancos es curioso, si hacen las cosas muy mal, antes de quebrar los gobiernos acuden a su rescate, ¿por qué?. ¿Qué consecuencias tendría, a mi entender, el cierre de un banco?

Me pongo como ejemplo, que creo que es el de la mayoría: yo al banco le debo más de lo que tengo, luego si cierra perderé mis ahorros (o no, para eso está el Fondo de Garantía de Depósitos, creo) pero también cancelaré mi deuda, mi acreedor habría desaparecido. Consecuencia, estoy libre de deudas, aunque no tenga un euro, puedo “resetear” mi vida y comenzar a crecer, mi casa, será mía de verdad y, todo lo que gane, será para mí y para gastar en otras cosas diferentes de la deuda, luego contribuiré a reactivar el consumo. Si esta situación la multiplicamos por los miles de clientes de mi banco en mi misma situación, es fácil imaginar el nuevo escenario. Esto es lo que ocurre en el resto de negocios, si una carpintería hace mal las cosas, tiene muchas deudas, los clientes no pagan, etc. acaba cerrando y los deudores tan contentos, su deuda desaparece y los acreedores se quedan con los bienes de la carpintería, ¿o no es así?.

Si vivimos en un sistema capitalista, donde es el mercado el que manda, donde el liberalismo económico rige los movimientos de dinero, ¿por qué no se aplican también estas reglas a los bancos?, ¿por qué recurrimos al “socialismo” o al Estado en estas situaciones?, ¿por qué no rescatamos a las personas, como he comentado antes vía el FGD, en estos casos, en vez de a los bancos?, ¿por qué socializamos las pérdidas, pero de las ganancias no hablamos nunca?

Quizá, insisto, yo sea un ingenuo y las cosas sean demasiado complejas. Así que si alguien tiene otra opinión, estoy deseoso de conocerla.

viernes, 4 de noviembre de 2011

¿POR QUÉ SON RICOS LOS RICOS?

            Aun reconociendo que no todos los casos son iguales y que las generalizaciones son siempre injustas, voy a tratar de dar mi explicación personal al porqué de las diferencias de Clase, que cada día son más acusadas como vemos a nuestro alrededor.

            Es bien sabido que “el dinero llama al dinero” y que las grandes fortunas personales, en general, no son fruto de un arduo trabajo. Más bien, diría yo, que son fruto, sí de un arduo trabajo, pero de muchas personas, no siempre recompensadas acorde a su labor. Sin embargo, la productividad generada por todas esas personas, recae siempre en muy pocas manos, los dueños del negocio, empresa, industria, corporación, etc. (el nombre es lo de menos). El argumento inmediato de éstos es: “nosotros somos los que arriesgamos nuestro dinero”. Pero, ¿de dónde proviene ese dinero? y ¿cuál es el riesgo?. Emprendedores les llaman, “ha creado un imperio de la nada” dicen de algunos. Falso (salvo excepciones, insisto). Pongo un ejemplo, hoy he tenido una idea de negocio genial, abrir un banco, un negocio en alza, sin riesgo (si algún día va mal, me ayudarán los gobiernos), pero tengo un problema, no tengo dinero. Acaso el presidente del Banco X (podéis elegir el nombre que queráis) ha creado su imperio de la nada, no. Si analizamos la vida del Señor X podemos ver que le viene de familia, ¿el qué? su fortuna. Mirando hacia atrás en su árbol genealógico llegamos a épocas donde, y aquí viene mi respuesta a la pregunta inicial, la democracia brillaba por su ausencia. Entonces, ¿cuánto de legítimas son ahora esas grandes fortunas? Este ejemplo de la banca es extensible a cualquier “holding” empresarial que rige, o mejor, gobierna nuestro futuro a escala global.

        ¿Y el riesgo?, qué riesgo hay en perder un dinero que no necesitas o avalar los proyectos con bienes comunes (de la propia empresa). Si no se arriesga un bien de primera necesidad, entonces no hay tal riesgo, que es lo que hacemos el resto de mortales (nuestra primera vivienda habitualmente y además ni siquiera es suficiente para afrontar la deuda hipotecaria, como vemos cada día en los cada vez más frecuentes desahucios).
           
        La conclusión que saco de todo esto es que el “emprendedor” sin dinero a lo más que puede aspirar es abrir un bar, carnicería o similar y que la impermeabilidad de las clases sociales existente en el siglo XVII, sigue hoy día vigente: si naces pobre, serás siempre pobre y si tienes la suerte de nacer rico, al menos deberías saber de dónde y cómo se ha obtenido tu fortuna.

jueves, 21 de julio de 2011

LA BANCA

            Un caso típico: Un joven emprendedor decide lanzarse a la aventura de montar un negocio para el cual necesita pedir un crédito a su caja de toda la vida. En la sucursal, naturalmente, le piden algo con que avalar el préstamo. El joven no tiene patrimonio, por lo que recurre a sus padres, unos padres ya jubilados cuya única propiedad es el piso donde viven. Así pues, pese a las reticencias de éstos, presenta como aval dicho piso. Fabuloso, la caja le da el préstamo y ya puede comenzar a trabajar. Pero las cosas no salen como el joven esperaba y comienza a no poder afrontar los pagos del crédito. Inmediatamente, la entidad bancaria inicia los tramites de embargo del piso de sus padres. Consecuencia, toda la familia en la calle y en la ruina. Drama familiar.

            La pregunta que yo hago, ¿quién es el responsable de esta situación?, ¿el joven por avalar un crédito con la única propiedad de que disponen sus padres, aun siendo la única opción para poder emprender una aventura empresarial? o, por el contrario, ¿es la entidad financiera por conceder un crédito en una situación así?

            En mi modesta opinión, la máxima responsabilidad (que no toda) la tiene la banca, para eso tienen unos técnicos con no pocos estudios económicos, masters, etc. y que, raras veces, tiene el solicitante. De la misma forma que no es posible avalar un préstamo con la vida de uno (o con un trozo de brazo), tampoco debería permitirse el aval con bienes de primera necesidad como es la vivienda principal. Al igual que en otros colectivos, ¿por qué no existe un código deontológico en la banca que impida estas situaciones?, ¿por qué no existe una ética en el negocio bancario?

            En el fondo es sencillo. Al igual que en otros negocios, la banca también debe asumir riesgos (recordemos que es el único negocio que nunca pierde). Si uds., señores banqueros, deciden conceder ese tipo de créditos, háganlo, pero sin ese tipo de avales, encarezcan si es necesario el préstamo y arriesguen, igual que un fontanero o un carpintero que hace un trabajo se arriesga a un impago por parte de su cliente.

            Y en cuanto a la dación en pago, la banca nos amenaza con el encarecimiento de los créditos hipotecarios, si se permite la entrega de la vivienda como pago de la hipoteca, e incluso con la quiebra del sistema porque se entregarían muchísimas viviendas. Y bien, ¿dónde está el problema?, ¿no es ese acaso el riesgo de su negocio?

sábado, 9 de julio de 2011

RUBALCABA

Es alucinante!. La desvergüenza de nuestros políticos parece no tener límites. Ahora aparece este personaje prometiendo lo que en todos los años que lleva ha sido incapaz de hacer. Mentiras, demagogia y demás artes clásicas de la política. Otra vez. Confío en la madurez de la sociedad española para no dejarse embaucar. Tenemos que seguir saliendo a las calles para pedir una democracia de verdad y que, de una vez por todas, sea el pueblo soberano quien dirija este país.

Al movimiento 15M le piden que ofrezca propuestas, y yo me pregunto, ¿cuáles son las propuestas de nuestros políticos?. Porque lo que les oigo también sé decirlo yo. Mensajes vacíos, oportunistas y populistas. Señor Rubalcaba, no nos tome por tontos que sabemos de qué va todo esto y si no, déjese de palabras, y ahora que todavía está en el poder haga algo de lo que promete.

Desde luego, conmigo no cuente en las próximas elecciones, seguiré defendiendo la abstención como modo de manifestar nuestro hartazgo con toda la clase política y saliendo a la calle para seguir pidiendo “Democracia Real Ya”.

miércoles, 29 de junio de 2011

REINVENTAR LA ECONOMÍA

La sociedad actual, basada en una economía de mercado, no puede se ser sostenible. Un mundo donde todo se vende y se compra y con todo se comercia, donde los recursos humanos son también moneda de cambio y son un elemento más en el juego de la única ley que regula el mercado, la ley de la oferta y la demanda, una ley, por otro lado, adulterada por los grandes holdings empresariales que vigilan por que la oferta y la demanda sea la que beneficie sus intereses, rompiéndo así el juego de la libre competencia y la libertad de elección; un mundo así es insostenible.

El caso de la construcción en España es paradigmático. Durante años se ha construido desaforadamente, hoy tenemos más 3 millones de viviendas vacías. ¿Para qué o para quién se construía? Obviamente se construía porque se demandaba, ¿por qué se demandaba? También obviamente, porque era un valor económico (casi bursátil) en alza, ¿hacía falta tanta vivienda? Está claro que no. Consecuencia, miles de parados en el sector de la construcción. Lo mismo podemos decir de otros sectores, vehículos, tecnología, etc. Se fabrica y se fabrica de espaldas a las necesidades reales; porque si no hay necesidades, se provocan. Continuamente, desde los medios, la publicidad nos muestra nuevos productos sin los cuales parece imposible subsistir, “pero ¿cómo he podido vivir hasta ahora sin un movil 3G?, ¿o sin mi tablet?”.

Esta crisis que padecemos no es sólo económica, hay también una crisis energética, una crisis alimentaria, una crisis inmobiliaria ... una crisis del sistema. Y, lo peor, la solución que nos ofrecen es volver a lo mismo: “¡Consumid, consumid ... eso revitalizará la economía, generará empleo y riqueza!”. Yo, personalmente, lo dudo. El mercado no se autorregula, porque el mercado está adulterado. La producción está sometida a una demanda manipulada y dirigida. Es decir, una produccón carente de sentido es “pan para hoy y hambre para mañana”. Qué sentido tiene generar empleo, si ese trabajo se dirige de nuevo a fomentar un consumo inútil y a alimentar una nueva burbuja (tecnológica, inmobiliaria, ...) y sus ya conocidas consecuencias. ¿No sería más juicioso reinventar la economía, basándola en los recursos y no en el consumo?

domingo, 19 de junio de 2011

CAPITAL SOCIAL

¿Qué es el Capital Social de una empresa? Posiblemente uno de los mayores engaños introducidos por el Capitalismo en nuestra Sociedad actual. ¿Por qué?. A grandes rasgos el Capital Social de una empresa establece el reparto accionarial (o de participaciones, si es una SL) de la empresa. Se formaliza al constituirse la sociedad por los inversores o empresarios repartiendo porcentualmente la propiedad de la misma en función de la inversión de cada uno. Posteriormente, puede sufrir modificaciones en base a ampliaciones (o reducciones) de capital. A partir de ese reparto de la “propiedad” se distribuirán en un futuro los beneficios generados por la empresa. Ahora bien, ¿de dónde salen los beneficios?. Obviamente los genera la empresa. Y la empresa no sólo la constituyen los empresarios, sino también todos los empleados que se han ido incorporando a la misma.

La pregunta es inmediata: ¿Por qué los beneficios generados en la empresa deben reportar dividendos únicamente a los socios o accionistas? ¿No sería más justo que los beneficios se quedasen en la propia empresa? Al fin y al cabo, quienes generan los beneficios son todos y cada uno de los individuos que la componen. Antes se decía “la tierra para el que la trabaja”, hoy podríamos gritar “la productividad para quien la genera”.